martes, 29 de septiembre de 2009

EL NORTE DE LEÓN, MI TIERRA MATERNA

Un pueblo chiquitito como muchos de la montaña leonesa.
Deshabitado en invierno y lleno de familias que regresan al amor del hogar de la abuela.
Montañas escarpadas, el pico Bodón reina sobre las vistas de nuestra terraza.
El río Curueño, truchero, helado, corriendo despacito por las peñas, mojando los pies de los lugareños en época de pesca.
Un puerto que levanta niebla y nos envuelve de un realismo mágico.
Un paisaje lleno de múltiples especias, hierbas aromáticas, para infusiones con olores campestres que llenan los pulmones.

Carmelo, paisano, cuenta sus sensaciones sobre la montaña Central en este artículo. A mi me gustaría ser tan buena actriz y compartir cartel con Carmelo, poder conocer también a Viggo, que según dice, ha comprado una casa por mi zona y me gustaría tener también una buena pluma como Julio Llamazares y Jesús Fernández Santos, paisanos y habitantes "amantes" de nuestro valle del Curueño. De momento, me quedo en aprendiza y os invito a que leáis este artículo

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