viernes, 20 de febrero de 2009

SIN COMPLEJOS

Pues sí, sin complejos. Después de varios días de preparativos, de ver la ilusión de mi hijo y del resto de sus compañeritos, la sal y pimienta la hemos puesto su padre y yo vestidos de cocineros, unos con atributos naturales y otros no (el bigote, el cojín para hinchar el tripón) y viéndoles y acompañándoles, nos lo hemos pasado muy bien.
Otro cantar, la colaboración de los padres, el cansancio acumulado de estos días, el desastre de la sala donde hemos trabajado.
Pero nuestro pasacalles, uno de los más bonitos de Alcalá.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Increible la transformación, Juanillo sigue siendo el con delantal pero tu inreconocible todo un señor cocinero.
La pancarta ha quedado chulisima y la sardina para mi gusto un poco lubina, pero no se puede pedir peras al olmo,sin cooperación es imposible hacer nada.