Hay otros días en los que reconozco tozuda, de ideas impenetrables, vamos, lo que se conoce como cabezona, defendiendo a capa y espada historias en las que podría ser más tolerante.
Hay muchos otros momentos en los que pienso que la vida se escapa por fisuras a veces invisibles: rutina, falta de tiempo, exceso de tareas, dejadez...
Hay otros momentos en los que puedo percibir distintas formas de ver las cosas, sin ser blanco o negro, sin ser sólo mi postura, sino enriqueciéndose con la postura de otros.
Hay otros momentos en los que la vista que tengo en la oficina, de muros grises y paneles de contrachapado marrón claro me entristece tanto que , finalmente , la mirada se queda perdida pensando en los paisajes que hay más allá de los muros de esta oficina, con mis seres queridos, recordando parajes de tu infancia o echando de menos esas vistas a la montaña de León.
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