lunes, 2 de junio de 2008

¿quién teme al lobo feroz?


Seguro que recordáis la sintonía de esa canción de los dibujos animados.


Yo suelo ser muy optimista en muchas facetas de mi vida, pero en estos momentos estoy un poco acobardada con el tema económico.


Me está afectando y mucho.


Mi lobo feroz (desaceleración profunda, crisis o como se llame) está haciendo mella en mi. Mi nómina de funci (perdiendo un 42% respecto al IPC de todos estos últimos años) no cubre ya mi hipoteca, ni los gastos de luz para calentar mínimamente mi casa, ya no digo el teléfono del que somos esclavos obligados. Qué contaros de la cesta de la compra. Ya no llevo cesta ni lleno el carro y cada vez más miro y remiro precios. Los caprichos se están reduciendo proporcionalmente.

Y mi marido con trabajos temporales supeditados a pequeñas subvenciones que proporcionan pequeños sueldos y duraciones escasas para intentar conseguir, según los convenios "un bien social", JA, decimos. La administración local se cura sus conciencias con pequeñas migajas que entrega tarde y mal. Así que ese salario cuando existe no se contabiliza como ingreso "estable" sino como un salvavidas.

En fin, al menos os cuento que en esta casa sí que hay ingresos. En otras ni ingresos, ni trabajo ni expectativas de momento.

Ya os digo que siempre he sido optimista y que hay ciclos en los que todo vuelve a remontar, pero en estos momentos debido a mi trabajo y todo lo que veo alrededor mío, lo estoy empezando a ver color "hormiga".

Menos mal que soy de poco conformar y con una lata de cocacola y una bolsa de patatas fritas soy feliz.

6 comentarios:

PilarA dijo...

No se que decirte porque en estos casos las palabras de ánimo no sirvenpara mucho pero que sepas que aquí estoy apoyándote.
Ánimo guapa.

Margalida dijo...

Jaco, parece que hablas por mi boca, que duro es ser pobre, me pasa lo mismito que a ti, pero tu como yo, como dijo Demo el otro dia, somos mujer para un pobre, de buen conformar y de gustos sencillos, asi que mirar para alante y a valorar lo que no cuesta nada en la vida, una sonrisa, una palabra amable, un paseo por el campo, un rato en familia, esas pequeñas cosas son las que nos enriquecen.

jacobita dijo...

Está muy bien lo que comentas, pero cuando te pasan un recibo que te deja temblando, madre mía, qué mal se pasa.
Aquí desde siempre, pero ahora más, control en luz, en agua, en calefacción, no gastar si no es necesario, volver a las costumbres maternas, que tanto resultado le dieron.

Margalida dijo...

Jaco, lo de ir a comer por ahi en mi casa tuvo que pasar a la historia, al Mcdonalds cuando vamos a Palma y ya, no solemos ni ir a un bar a tomar una coca cola, en casa sale mas barato, todo casero a poder ser, y con mucho cuidado con todo, aun asi, pasandolas canutas por los recibos, ya lei de vida o visa que le vamos a hacer, ley de vida, pero mientras haya trabajo y salud, todo es superable.

gelos dijo...

hay dos posturas.... a grandes males, grandes soluciones (que se traduciría en poder optar a un trabajo mejor pagado, en el caso de donde yo vivo, imposible, el indice de paro es altiiiiiiisimo) y luego hay otra opción, que es ahorrar en pequeños grandes gastos..... y parece mentira lo que se puede llegar a ahorrar con cosas prescindibles... ropa, tomar algo fuera, cine, etc, etc.... en chorradas se gasta más que en gastos fuertes.... y siempre nos queda la loto......

Carolina dijo...

Animo Jaco, la verdad es que se te queda una cara cuando te pasan algo inesperado...
En fin, ya veras como hay luz al final del tunel...

Un beso gordo